Recordemos que el "diezmo" era de exclusiva incumbencia del pueblo Judío (Mal 1:1), mandato que el pueblo de Israel nunca cumplió ni cumple hasta ahora (Mal 3:9),
La Iglesia de Cristo se financia con aportes voluntarios de sus integrantes (1 Cor 16:1-4).
Es repugnante la aplicación de Mal 3:10 (hecha por Soto), la misma no es aplicable a la Iglesia, ni resulta en las "penas del infierno" detalladas vomitivamente por él.
Por otro lado, ninguno que se diga Cristiano está autorizado para maldecir, menos aún a la Iglesia de Cristo, (Luc 6:28, Rom 12:14, 1 Ped 3:8-9, etc.).
Rechazamos categóricamente las alocadas declaraciones de este funesto personaje (devenido en "pastor"), involucrado en violaciones a los derechos humanos durante la dictadura en Chile, y con serios problemas mentales que son de dominio público.
En este tiempo de azote de Dios, debemos permanecer unidos, orando para que Dios detenga su ira, y no tratando de lucrar por todos los medios posibles en nombre del Evangelio.
Sigamos orando para que esta pandemia sea retirada, que cese el hambre en el mundo, que se recuperen los puestos de trabajo y con ellos la economía en los países, etc.
El Evangelio no es una obra pastoral, es una Obra Misionera.
